Un pelin mas

Aún seguía en pijama.
- ¿Y tú aún en pijama?
- ¡Ala que guapa Sara! Yo cuando sea mayor quiero ser como tú...
- No, la que quiere ser como tú soy yo, Sopita. Apaga la tele y ven conmigo arriba, tienes que vestirte.
- ¿Y no me puedo quedar a acabar de ver esto? Porfa Saraa porfaa.
- ¿Y cuánto tarda en acabar?
- Media hora...
- ¡Uy no! Media hora es mucho. Te dejo un cuarto de hora y luego subimos ¿vale?
- Vaaale -me dijo, medio protestando.
Subimos arriba y fuimos a su habitación. Mamá ya le había dejado la ropita preparada.
- ¿Ay Saraa y me tengo que poner esto?
- ¿No te gusta? Si es muy chulo.
Era un vestido blanco tipo ibicenco que tenía algunas flores caladas y era de asitas.
- ¿No me puedo poner otra cosa?
- No Sofi, venga, ponte esto, que además te queda muy bien. ¿Este no era el vestido que decías que era de princesa de las nieves?
- Sí...
- Venga, si sabes que te gusta este vestido. Póntelo y jugamos a algo Sopita.
- Vale, pero solo me lo pongo hoy. No me lo pienso poner más.
- Ala, pues hoy y nunca más. -le dije con tono irónico y poniéndole el vestido. - Anda, termina de ponerte las sandalias y ayúdame a hacer tu cama.
Eran ya las dos de la tarde. Mis padres no tardarían en llegar. Mi padre era médico, y mi madre trabajaba en una galería de arte. Justo les había coincidido a los dos trabajar hoy de mañana. Estaba acostumbrada ya a hacer las cosas muy rápido, entonces en quince minutos ya tenía la habitación arreglada, la cama de Sofía hecha, la sala y la cocina recogidas y las cosas de la ducha en su sitio.

Another "cachito" (:

Preparamos el desayuno y fuimos a tomarlo a la sala. Cuando acabamos me quedé un rato viendo la tele con ella. Le encantaba estar conmigo en el sofá. Cuando vi el reloj eran ya las once y cuarto. Me levanté y recogí las cosas del desayuno.
- Sofi, voy a ducharme. Si quieres algo, sube y me lo dices.
- Vale. -me dijo media dormida.
A ella le gustaba dormir, al igual que a mi, y levantarse a las diez era ya muy temprano.
Subí a mi habitación y fui a la terraza para ver como se presentaba el día. Estaba totalmente despejado, y ya a aquella hora hacía calor. Busqué en el armario qué ponerme. No me decidía. Si arreglada o informal, si casual o urban. ¡Aish, qué difícil era aquello! Al final me decidí por unos pantalones cortos vaqueros algo rotos, una camiseta sin mangas y floja que por arriba era blanca y luego degradaba al fucsia, y unas sandalias marrón claro, con unas flores también de ese color, y una tira entre el dedo gordo y los demás, y dependiendo del calor que hiciese luego, no sabía si ponerme un sombrero que tenía de paja, tipo borsalino pero de verano, con algún troquelado y una cinta blanca que terminaba en un lazo. Cogí la ropa interior a juego, como no, y mi albornoz. La ropa la dejé extendida sobre la cama, y aunque el baño estaba integrado en la habitación y no tenía que salir de ella para nada, me gustaba dejarlo ya todo preparado. Me quité el pijama y lo metí bajo la almohada. Me puse las zapatillas y el albornoz, me solté el pelo, encendí la radio en Los 40 y me metí en el baño. Estaba sonando "Set fire to the rain", de Adele. Me encantaba como cantaba esa chica inglesa, y en especial esa canción. Sin duda, esa música alta despertaría a mi hermana, si es que se había quedado dormida. Encendí el deshumidificador para que el espejo no se me empañase y luego me fuera más fácil secar el pelo, y me metí en la ducha. Pasé dentro media hora, tenía que lavarme el pelo, y lo tenía muy largo. Me llevaba bastante tiempo. Cuando acabé y ya estaba seca me puse crema en las piernas y me heché la colonia "Miss Dior Chèrie". Me sequé el pelo, le heché algo de espuma para que el rizo me quedase más marcado, me lavé los dientes y me vestí. Decidí maquillarme un poquito, solo me disimulé unos granitos con maquillaje, me marqué algo la raya con lápiz marrón, que resaltaba mis ojos verdes y me ricé las pestañas. Me calcé y bajé a junto mi hermana.

Tags #2: Los Juegos del Hambre

Hola holita a todoos ^^
Os traigo un nuevo tag, Los Juegos del Hambre!!

Bueno, lo primero, que doy muchiiisimas gracias a Jane por nominarme a hacer el tag ((:
Muchas gracias Jane!!

Nomino a hacer el tag a:
- Amanda Mellark.
- Laura (:
- Amanda Laguna.

Tag:
1. ¿Cuál es tu libro favorito de la trilogía?
Sinsajo, me parece un libro precioso y lleno de intriga. Me encanta, en mi opinion es el mejor.
2. ¿Cómo conociste Los Juegos del Hambre?
Pues una de mis mejores amigas me habló del libro que estaba leyendo, y me picó mucho la curiosidad, entonces me lo compré y lo leí, y me encantó.
3. ¿Cuál es tu personaje favorito?
Gale, tener tanta fuerza moral, es increíble. Y ayudar a Katniss siempre que lo necesitó.
4. ¿Cuánto durarías en la arena?
Pues... No lo se la verdad, pero no ganaría.
5. ¿En qué distrito te gustaría vivir?
En el de Finnick, bueno, en el del mar, que no me acuerdo el número del distrito.
6. ¿Libro o película?
Libro, claramente libro.
7. ¿Qué te esperabas de la película?
Pues me esperaba menos, la verdad.

Otro cachito de mi libro :P

Me costaba un poco llegar a entender completamente lo que un chico pensaba de mí. Había algunos, que parecía que les gustabas, pero solo se divertían coqueteando contigo y riéndose de tu cara de tonta. Había otros, sin embargo, que preferían mantenerlo en secreto. Les gustaba más mirarte de lejos y mantener de vez en cuando fugaces conversaciones que simular que tu fueses un casino y que él no parara de meterte fichas. Odiaba el "juego" del casino. Era tan descarado, y me ponía muy nerviosa que estuvieran hablandome todo el rato con indirectas.
Bajé a desayunar. Mi hermana ya estaba viendo unos dibujos en el salón. En mi casa solo había una tele, entonces las peleas por el mando eran bastante frecuentes. Fui junto a ella y me senté en el sofá, a su lado.
- Y tú, Sopita? ¿Hace cuánto que te levantaste?
- Hace poquito.
Tenía una carita de dormida... La verdad es que era irresistible.
- ¿Y ya desayunaste?
- No, no tenía mucha hambre.
- Anda, ven conmigo y me ayudas a preparar el desayuno.
La cogí en brazos y me la llevé a la cocina.
- A ver, ¿qué te apetece desayunar?- le pellizqué la nariz y la senté en la encimera.
- Tostadas de las que haces tú y café con leche.
- ¿Café con leche? ¿Y a ti desde cuando te gusta el café con leche?
- Es que no me gusta, pero huele muy bien.
- ¡Jajajaja! Anda, te preparo las tostadas mientras tú pones a calentar la leche en el microondas. Ponme una tacita para mi también porfa.
- ¿Me las coges? Es que yo no les llego.
- Toma, ¿a la leche si le llegas no enana?- le dije en tono cariñoso.
- ¡Oyee! Que yo no soy ninguna enana. Tengo siete años, y en septiembre ya hago ocho.
- Venga, calienta la leche y no te enfades Sofi.- le dije revolviéndole el pelo para picarla un pelín más. - Y cógeme la mantequilla, que la sartén ya está caliente.

El ballet, en esencia

Me volví a mi habitación, me puse una bata y salí a la terraza. Me encantaba estar allí. De niña siempre jugaba con mi padre en el verano, y ahora cuando no estoy en exámenes o estoy de vacaciones tambien juego con mi hermana. Siempre me he sentido muy a gusto. Saqué el espejo y la barra, encendí la música bajita y estiré los músculos, al son de lo que sonaba.
Cuando ya estaba bien, entré de nuevo en la habitación. A pesar de llevar poca ropa, no hacía nada de frío. Era una de esas noches calurosas que hay en la ciudad. Me encantaban aquellas noches. Se podían ver perfectamente la luna y las estrellas, pero ya estaba cansada y no me apetecía sacar el telescopio. Apagué la música, me metí en cama y me dormí al instante, estaba muy cansada. Era ya casi la una.
A la mañana siguiente me levanté sobre las diez, asi que mis padres ya estarian en el trabajo. Me miré en el espejo, y, gracias a Dios no tenía ojeras. Desenchufé el móvil y conecté la wifi. Ciento cuarenta y tres mensajes de tres conversaciones. A saber...
Unos ciento treinta eran de la conversación de grupo. Lo leí por encima, no había nada demasiado interesante. Había ocho de Leire, que iba a dar una "fiesta" de nosotras cinco solo, nos invitaba a comer y dormir todo el fin de semana, osea hoy y mañana, ya que sus padres iban de viaje a Grecia. Pero quedaban cinco... Cuando vi de quien eran me tuve que sentar en cama, y el corazón se me paró. Eran de Dani. Que quería quedar conmigo sobre las cuatro y media, en el parque en el que nos habíamos conocido ayer. Era adorable, los últimos mensajes decían "Esperando con ilusión que llegue mañana". Sí, yo también le gustaba, o al menos, yo creía que sí.

Tags #1: Enfermedades de los libros.

Bueno, Jane me ha nominado a esto, lo cual es maravilloso. Muchas gracias guapii (:
Tag:
- Diabetes: un libro MUY dulce. En serio, muy dulce.
¿Sabes que te quiero? De Blue Jeans. Ha sido dulce dulce dulce, una historia de amor tan bonita...
- Varicela: un libro que leiste una vez y nunca volveras a leer.
El gato negro, de Edgar Allan Poe. Lo tenia que leer para el colegio, y ni me lo llegue a acabar. Odio como escribia ese tio.
- Influenza: un libro que se esparce como un virus.
Harry Potter. ¿Cuanta fortuna habra recaudado J. K Rowling?
- El ciclo: un libro que lees cada mes, año o seguido.
Matilda, de Roald Dahl. Creo que me lo leí unas 7 veces o por ahi.
- Insomnio: un libro que te mantuvo despierto toda la noche.
En llamas, de Suzanne Collins. No paré hasta acabar el libro, y eso que al dia siguiente tenia instituto...
- Amnesia: un libro que olvidaste que habias leido.
Guardate de los idus, de Lola Gandara. Simplemente, no lo recuerdo demasiado y siempre lo dejo de lado en la estanteria.
- Asma: un libro que te robo el aliento.
Sinsajo, de Suzanne Collins. Hasta aumentaba la velocidad, no aguantaba sin saber lo que pasaba en el parrafo siguiente.
- Desnutricion: un libro al que le falto comida para el cerebro.
La ciudad de las bestias, de Isabel Allende. Me quede con ganas de mas, pero a lo loco.
- Cinetosis: un libro que te llevo en un viaje a traves del tiempo y del espacio.
No he leido ninguno que me provocara esta sensacion.
Por ultimo, los nominados para hacer el tag son:
- Jane.
- Amanda Mellark.
- Amanda Laguna.

Premios #1: One Lovely Blog Award

Holaa, bueno, este es solo el primer premio que entrego, pero tengo algo asi como dos o tres más ^^ deciros que me encantaría que os animarais a participar. Besitooos ((:

One lovely blog award:
- Agradece a la persona que te ha otorgado el premio.
- Dar el premio a tres blogs que te gusten.
- Comparte siete cosas sobre ti.
- Avisa a cada blog que ha recibido el premio.

Agradezco muchisimo a Jane, que me ha concedido un monton de premios y nominado a otro monton de tags. Muchisimas gracias Jane ^^

Cosas sobre mi:
1. Soy gallega y estoy muy orgullosa de serlo.
2. Soy una romanticona de la vida.
3. Le tengo muchisimo panico a las arañas.
4. Me dicen que me asemejo a una mariposa.
5. Toco el violin desde hace 6 años.
6. Me encanta Londres.
7. Los muffins de yogurt me vuelven loca.

Personas a las que nomino:
- Jane.
- Amanda Mellark.
- Amanda Laguna.

Mi Sofi (:

Fui al baño, me hice un recogido para mantener el rizo en el pelo y me lavé los dientes. Volví a mi habitación, y me puse las puntas de ballet. Puse la barra en el centro, y también moví el espejo. Calenté, mientras el disco acababa de sonar. Puse una fantasía y empecé a bailar. No era ballet clásico, si no contemporáneo. No tenía una coreografía concreta, me movía como me lo pidiese el cuerpo. Me veía en el espejo, y Leire tenía razón. Me asemejaba bastante a una mariposa en primavera, moviendome delicadamente, como si al tocarme me fuese a romper.
Cuando ya estaba acabando, mi puerta de la habitación se abrió lentamente, y asomaron un pelito rubio y unos ojos azules. Era mi hermana pequeño, Sofía, o Sopita, como yo le llamaba. Tenía siete años, y llevaba un camisón blanco puesto, parecía un pequeño cisne.
- Y tu Sopita, ¿qué haces levantada tan tarde?
- Es que no puedo dormir, tengo pesadillas.
Apagué la música y la senté en mi colo.
- ¿Sara, me lees un cuento? Porfii.
- Sí, claro, Sofi. ¿Cual quieres que te lea?
- Bambi.
- Vale, ahora voy. Ve buscándolo mientras me quito las puntas.
Con aquella carita era imposible negarle nada. Me quité las puntas y las guardé. Fui al baño a lavarme los pies y me heché crema. Me puse unas zapatillas y fui a la habitación de mi hermana. Ella ya estaba metida en cama. Me metí con ella y empecé a leerle el cuento. Ese era mi preferido cuando tenía su edad, y ahora es el suyo. Me alegro de que se parezca en algo a mi, por ínfima que sea la parte. No tenía queja de ella. No me revolvía las cosas ni me molestaba, y no solía gritar. Cuando había pasado solamente dos páginas, ella ya dormía. Cerré el libro y me levanté, con cuidado de no despertarla. Apagué la luz, la tapé con la sábana y le di un besito en la frente. Era realmente la mejor hermana del mundo.

¡Que locas están!

Yo: ¡Hombre! ¡La desaparecida llegó! ¿Que hacías Cris, que no dabas señales de vida?
Vera: ¡Que mas da lo que hiciese Cris! Sara cuéntanos lo tuyo, que me muero de la curiosidad.
Leire: Cris, lee lo que está puesto arriba y ya te enteras.
Miriam: ¿Y como es? ¿Y es majo? ¿Y quedasteis para otro día?
Yo: Pues a ver, es más alto que yo, rubio, de ojos azules inmensos y muy guapo, y tiene buen culo...
Cris: ¡Ala Sara! Me voy a ir yo al parque más a menudo a ver si también me encuentro con alguien.
Leire: Pero danos más detalles, ¿vino hacia ti y te invitó al helado, o como fue?
Miriam: Bueno Cris, tu no te quejes, que tienes al guapo del insti detrás tuya... Mírame a mi, que llevo un montón de tiempo sin novio.
Vera: Yo con mi Lucas ya no pido más, es un amor de chico... ¿Os enseñé el mensaje que me envió el otro día?
La verdad que el novio de Vera era muy guapo. Era moreno, tenía los ojos marrones y la tez oscura. Era un poco serio para mi gusto, pero muy educado y a ella la trataba como a una reina.
Leire: Vera nos enseñaste quinientas veces el mensaje de las narices. ¿Podeis callaros todas ya y dejar contar a Sara su historia?
Yo: ¡Menos mal! Gracias Leire, esto ya parecía un gallinero. Bueno ¿puedo seguir con lo mío?
Bueno, pues hemos quedado para mañana.
Cris: ¿Y cuántos años tiene?
Yo: La verdad que no lo se, no se lo he preguntado. Bueno chicas, me voy a dormir, que no quiero tener ojeras mañana y tengo que descansar.
Y desconecté el wifi. Hasta mañana por la mañana no lo encendería otra vez.

Seguimos con la historia ^^

Hola chicooos ^^ bueno, deciros que esta historia comtinua, que espero que os guste y que estais invitados a comentar. Besiñoos (:
Yo: ¡Niñas! -dije en el grupo de whatsapp - ¿A que no os imaginais lo que me acaba de pasar?
La primera en responder fue Vera, por no faltar a la costumbre.
Vera: ¡Ibas por la calle, te chocaste con una farola y ahora tienes un chichón enorme en la frente! O, no, no. ¡Te agachaste y el pantalón se te rompió en el culo y todo el mundo vio tus braguitas de flores! Ay no, ya se. ¡Vas a tener un hermanito!
Yo: ¡Para Vera, para! No es nada de eso. Quieres tranquilizarte por favor.
Leire: ¡Vera, por Dios relájate! ¡Me estás poniendo nerviosa!
Miriam: ¿Qué te dio hoy tu madre de cenar? ¿Carne de loro picada? - Lo de la carne de loro picada nos lo decía nuestra profesora de matemáticas de hace dos años cuando no nos callábamos, y desde entonces se había quedado en nuestra lista de "frases célebres".
Yo: A ver, ¿quereis que os lo cuente o no?
Las tres: ¡Síííí!
Cris parecía que no estaba, seguramente estaría viendo algo en la tele o metida en su vestidor con la música a tope, probándose un montón de modelitos distintos y sacándose mil fotos con su Canon de la que presumía a todas horas.
Yo: A ver, ¡pero que ni se os ocurra decir algo eh! Y no me interrumpais hasta que acabe. Os hago un resumen rápido y luego os doy detalles. Pues a ver, estaba en el parque leyendo en un banco, y ví un chico, y el chico vino hacia mí. Y fuimos a tomar un helado, y... Y creo que me gusta.
Vera: ¡Nos estás tomando el pelo! Es que, ¡es imposible! Es imposible estar sentada tranquilamente y que el chico perfecto que no conoces de nada venga a saludarte. ¡Eso solo pasa en los libros!
Yo: Ya Vera, pero fue así... Sabes que no lo planeé.
Leire: Sara ¿esto es una broma no? A ver es que Vera tiene razón, eso solo pasa en las películas. ¿Hablas en serio?
Miriam: ¡Ay dejadla! ¡Pues claro que habla en serio! Bueno que, Sara ¿hubo tema, o no hubo tema?
Yo: ¡¡Miriam!! Que le acabo de conocer, ¿como iba a haber tema? Es que parece que no me conoces.
Cris: ¿Tema con quién? ¿Qué pasa? ¿Qué me perdí?

Vera, un mundo aparte

Vera era un auténtico personaje. Era pelirroja, de ojos grises y blanquita. El pelo le llegaba más de la mitad de la espalda y lo tenía muy liso, y un flequillo que casi le tapaba los ojos. Vestía siempre zapatillas deportivas de colores llamativos, sudaderas flojas con capucha y pantalones cagaos. Le flipaba el rap y bailaba hip-hop como nadie. Estaba todo el rato contando chistes o haciendo alguna locura. Nosotras le decíamos que era hiperactiva, pero ella siempre nos decía que no. El mejor regalo que le podías hacer era algo fluorescente, desde un rotulador o una gorra, todo le servía. Era una fanática de llamar la atención, y nadie era capaz de pararla si estaba enfadada.
Cogí el teléfono y lo enchufé. Me puse el pijama, y como seguía haciendo calor, solo era un pantaloncito corto de estampados étnicos y una camiseta de asas rosa. Estuve un rato mirando la estantería, decidiendo que CD escuchar. Al final me decidí por "Dous", un grupo de Vigo que hacían música instrumental. Le di al play y me tumbé en la cama, boca abajo.

Bueno chicos, espero que os este gustando. Ya sabeis que teneis mi mail para cualquier cosiña: saraescritora.se@gmail.com
Besiñoooos ^^

Leire, una flor en primavera

Leire era la más callada, pero quizás fuese eso lo que más me gustaba de ella. No le gustaba llamar la atención, aun que no tenía razones para no hacerlo. Era muy guapa, tenía los ojos azules aun que era morena, y eso le resaltaba muchísimo. Su pelo era castaño, llevaba flequillo de lado y un poco más largo que el hombro. Era tan alta como yo. La había conocido en ballet cuando había empezado, y desde entonces habíamos sido muy buenas amigas. Aun que ella ya lo había dejado. Ahora se dedicaba a la pintura. Solíamos llevar una pulsera que nos habíamos hecho cuando teníamos nueve años, de hilo y muchos colores, aún me extraña que no se haya roto. Nunca me la quito, me da buena suerte.

Miriam, una chica diferente

- Hola mamá. -le dije.
- ¿Como llegas tan tarde? ¿No habíamos quedado que a las diez tenías que estar en casa?
- Sí mamá, pero me encontré a Cris y fuimos al Starbucks, y se nos fue la hora.
- Bueno, pues que no vuelva a pasar, que ya estaba un poco preocupada. Y sal de casa con el móvil cargado, que te llamé y me dio apagado o fuera de cobertura. ¡Imagínate que te hubiese pasado algo!
- Vale mamá, relájate que no pasó nada. Voy a mi habitación. Hasta mañana. -me levanté para darle un beso.
- ¿No cenas nada?
- No, no tengo hambre. -en realidad un poco de hambre sí que tenía, pero me moría de ganas por ir a mi habitación, enchufar el móvil y contarles todo a Cris, Miriam, Leire y Vera, mis amigas del alma. Teníamos un grupo en el whatsapp que no lo dejábamos descansar ni un momentito. Miriam tenía 17 años, era muy morena, tenía los ojos negros y el pelo cortado estilo garçon, y era de las pocas personas a las que le quedaba realmente bien. Era alta, y solía llevar en la muñeca derecha un guante azul eléctrico con un botón y los dedos cortados. Ella decía que era su marca de identidad, aun que me gustaba meterme con ella diciéndole que solo quería hacerse la interesante, y eso le fastidiaba muchísimo. Tenía mucho carácter y se solía picar cuando nos metíamos con ella, pero era muy maja.
Bueno, esta es Miriam. Espero que os guste ^^

Cris, la primera amiga

Podría decirle que había estado en casa de Cris, una de mis mejores amigas. Tenía también 16. Era una chica algo reservada y que le costaba coger confianza, pero muy educada y de muy buenas notas. Rubia, de pelo muy rizado y ojos verdes. No era demasiado alta, y vestía siempre como si fuese al Madrid Fashion Week. Íbamos a menudo de compras, y cuatro horas por la tarde no nos las quitaba nadie. Al acabar solíamos parar en el Starbucks a tomarnos un capuccino con doble de caramelo. Ya lo tenía, la excusa perfecta. Me había encontrado con Cris al ir por la calle, y nos habíamos acercado al centro comercial a echar un vistazo, a ver si habían traído algo nuevo, despues habíamos parado en el Starbucks y se nos había ido la hora. Sí, eso iba a colar. Entré en la sala y saludé a mi madre, sentándome en el sofá a la vez que lo hacía, y con aire algo despreocupado.

El cuarto fragmento

- Sí, me parece estupendo. ¿Quedamos mejor por la mañana que no hace tanto calor y hay menos gente?
- Es que por la mañana no se si voy a poder, quería instalarme bien, pero bueno, por qué no me das tu número y te llamo?
- Vale, déjame tu teléfono, que lo apunto. Anótame tú el tuyo también.
- Toma, aquí tienes.
- Vale, un momento... Listo.
- Gracias. Nos vamos?
- Sí, se ha hecho tarde. Ya me imagino la bronca de mi madre cuando llegue a casa...
- Venga anda, tranquila. Lo siento. Ala, que invito yo.
- No Dani, nos acabamos de conocer.
- Que sí, que te invito yo. Marcha tranquila. Mañana hablamos.
- Muchas gracias, de verdad. Hasta mañana.
Estaba en una nube. Me daba igual que mi madre me echase bronca, lo único que quería era volver a verle. Ver otra vez esos ojos, esa sonrisa. Poder volver a escuchar su voz. Es que hasta su voz era dulce. Era el chico perfecto, de eso no cabía ni la menor duda.
Cuando llegué a mi casa, intenté hacer el menor ruido posible. Eran ya las diez y media, y en teoría, a las diez en punto debía estar en casa. Me la iba a cargar, y bien cargada. Solo esperaba que no me castigasen sin salir mañana.
Mi madre estaba en el sofa, viendo la tele. A ver que excusa me inventaba... Yo tenía 16 años, y me estaba preparando para estudiar ballet en París.

El tercer fragmento

Bueno chicos, este es mi tercer fragmento, y el que sería el segundo capítulo. Espero que os esté gustando. Besitoos (:

Para entrar en el Primrose Garden había que subir cuatro escalones, rodeados de un pasamanos de metal. La puerta era de madera, y tenía una cristalera en el centro. En el suelo, había algunas macetas con flores y un pequeño farol en la pared, que por la noche causaba un ambiente encantador.
El interior era muy acogedor. Había algunas plantas a la entrada y en cada mesa un pequeño jarrón con una margarita en él. El techo estaba salpicado de pequeñas lamparitas blancas, que le daban a la estancia una lumisosidad muy agradable. El suelo era de madera, y las mesas estaban rodeadas de cómodos sillones dispuestos para poder mantener una conversación con alguien o estar a tu aire sin que te molestasen. La pared del fondo daba a una terracita que parecía sacada de un cuento de hadas. Había un arbol, y las mesas eran redondas, con la parte de arriba de mármol y las patas de alambre, haciendo filigranas. De fondo se escuchaba una suave música. Esa era una de las cosas que mas me gustaba, la música que ponían. Hacía como si te sintieses en tu propia casa. La terraza estaba acristalada, pero como era verano las ventanas estaban abiertas. Estaba recogida del viento, y entraba una cálida luz. En un rincón había un pequeño jardín compuesto por arena y algunas rocas volcánicas. Decidimos sentarnos dentro, era más cómodo para hablar.
- Oye, te apetece que quedemos mañana, y me enseñas un poco la ciudad? -me preguntó.

Bueno, que me decís?? A ver, como sigo?? Espero vuestras respuestas (: Bye.

El segundo fragmento

- ¿Quieres sentarte conmigo? -dije.
- Me encantaría.
Cogí el marcapáginas y lo puse donde me había quedado. También apagué la música, no quería que se me acabase la batería. Había salido de casa con la justa, y no tenía ganas de llevar una bronca de mi madre por que se me acabase la batería, lo cual me pasaba a menudo.
- ¿Que escuchabas? -me preguntó.
- Claro de Luna, de Debussy. ¿La conoces?
- Sí, me encanta. Toco el piano, esta canción la llevo practicando desde que la conocí. Es de esas canciones que por mas que escuche o toque nunca me acaba cansando. ¿Tu tocas algo?
- No, ahora ya no. De pequeña mis padres me llevaban a clases de violín, pero no conseguía engancharme. Lo que me gusta de verdad es el ballet. Llevo bailando desde que tenía cinco años, y hasta ahora no he podido dejarlo. Me ayuda mucho a expresarme, y me relaja.
- Qué bonito, el ballet. A mi me gusta mucho el Cascanueces. Y te gusta la poesía, por lo que veo, ¿no?
- Sí, tambien me gusta.- estaba disfrutando del verano, que ultimamente no se dejaba ver mucho por aquí.- Es que me gusta mucho leer.
- Yo llegué ayer aquí y aún no me manejo muy bien por la ciudad. Aún no conocía a nadie, hasta ahora.- otra vez esa sonrisa en su cara.
Es un chico muy agradable, pensé. Me quedaría hablando con él toda la tarde, pero se había levantado viento. Yo solo llevaba puesto un vestido blanco y rosa, corto y de asas; y unas sandalias blancas. Y como siempre, no tenía chaqueta. Cuando salí de casa hacía mucho calor.
- ¿Te apetece que vayamos a tomar un helado? Está empezando a refrescar, y no he traído chaqueta.-le dije.
Me puso su chaqueta por los hombros, ante mi asombro. No me esperaba eso, y me encantó.
- No quiero que te coja el frío. Y sí, sí que me apetece tomar un helado.
- ¿Pero no te cogerá a ti el frío si me pongo yo tu chaqueta?
- No, tranquila, estoy bien. Si quieres póntela. ¿A dónde vamos?
- Conozco un sitio no muy lejos de aquí. Es tranquilo y cómodo, y hacen unos batidos muy ricos.
- Vamos, entonces.
Otra vez dibujó esa sonrisa. Sonrisa que acompañada de sus ojos, de un azul intenso, era la combinación perfecta que encandilaría a cualquier chica. Era el chico perfecto. Alto, guapo, amable y con aire simpático, me encantaba aquel chico. Y su nombre, Dani. Sonaba tan bien. Le pegaba ese nombre.

El primer fragmento

Era una tarde de verano, hacia las cinco de la tarde. Yo estaba sola, en el parque, cuando le vi. Estaba sentada en un banco, con las piernas cruzadas y apoyada en el respaldo. Leía un libro de poesía, mientras la música inundaba mis oídos; escuchaba Claro de Luna, de Debussy. No se por que, pero levante la cabeza, fue como un instinto. Era alto, rubio, con los ojos claros. Iba vestido con una camiseta de manga corta y unas bermudas a cuadros. Era muy guapo, no lo había visto nunca antes en mi vida. Caminaba por el parque, teniendo cuidado de no tropezar con ningún niño de los que jugaban, disfrutando alegremente de esa bella etapa llamada infancia. Él no sabia que yo le estaba mirando. En esto, giró la cabeza y me vio. Inmediatamente fijé la vista en el libro, no quería que me viese mirándole fijamente, y me ruboricé. Disimuladamente miré hacia el, para ver que hacía. Caminaba directamente hacia mi. Me puse aún mas roja y me escondí en mi libro. Intentaba disimular,intentar que pareciese que yo no sabía que el venía, que estaba tan sumida en mi música y mi poesía, que no me enteraba de nada de lo que pasaba a mi alrededor. Se paró justo delante de mí y me dijo "hola", con una sonrisa preciosa dibujada en su cara. Me quite los cascos y miré hacia el. Le sonreí. Aún era más guapo de cerca. "Hola, me llamo Sara" le dije. Yo era alta y delgada, y en el verano me solía poner morena. Mis ojos eran verdes y mi pelo castaño claro, algo ondulado, ese día lo llevaba recogido en una trenza que me caía por un hombro, atada con un pequeño lacito rosa. "Yo soy Dani, encantado de conocerte", dijo, sin borrar ni un solo momento de su cara esa maravillosa sonrisa. "Lo mismo digo". Yo sonreía, no era capaz de no hacerlo. Notaba mi corazón, latiendo aceleradamente en mi pecho. Nunca había sido demasiado tímida a la hora de conocer gente nueva, pero no podía explicar esto. Era algo totalmente diferente a todo lo que había sentido hasta ahora.
Esta es el primer fragmento que he escrito de mi libro. Espero que os guste. Podeis contactar conmigo en el correo saraescritora.se@gmail.com; mi twitter es @EscritoraSara y mi facebook  es Sara Escritora. Saludos.
PD: en mi facebook tambien publico las novedades, seguidme ahi, estareis mas informados.